Noticias

Compartir en Facebook Compartir en Twiter Compartir en Menéame Compartir en Linkedin Suscribirse a nuestra RSS

Botox y marihuana como medicina

¿Botox y cannabis como medicina? Sí. Por extraño que parezca la toxina botulínica y los derivados cannabinoides se emplean para aliviar a los pacientes. Y se hace en el Hospital Carlos Haya de Málaga. Estos últimos, desde hace dos años y la otra, desde hace ya muchos años. En ambos casos, se utilizan en Rehabilitación para combatir la espasticidad, que es la rigidez muscular que provocan ciertas patologías.


En el caso del derivado del cannabis se trata de un spray sublingual -cuyo nombre comercial es Sativex- que está autorizado desde el verano pasado en España para aliviar la espasticidad en la esclerosis múltiple. Ese es el uso concreto para el que está aprobado como medicamento. Pero los neurorehabilitadores del Carlos Haya lo emplean también para tratar la espasticidad provocada por una lesión medular. Es decir, para un uso compasivo, como se denomina en medicina la utilización de un fármaco que está autorizado para una patología específica en otra para la que no está aprobado.


En este caso, el uso compasivo requiere un informe del jefe del servicio de Rehabilitación, la autorización expresa del paciente, el visto bueno de la dirección médica del Carlos Haya y la dispensación exclusivamente a través de la farmacia del hospital. Para evitar malos entendidos, la neurorehabilitadora del centro sanitario Isabel Chavarría aclara que no es lo mismo a efectos de combatir la espasticidad fumarse un porro que medicarse con un derivado del cannabis.


“Porque con el fármaco se sabe exactamente la composición y se puede dosificar”, aclara. En cambio, con un porro nunca hay garantías de su composición, de la dosis y por lo tanto tampoco de sus efectos. “Lo que podría resultar contraproducente para la salud”, advierte Chavarría.


El spray sublingual derivado del cannabis relaja la musculatura y alivia la espasticidad. Y aunque solo está aprobado para la esclerosis múltiple, diversos estudios y la experiencia de muchos profesionales lo avalan para su uso compasivo en Neurorehabilitación. El uso compasivo -que es emplear un fármaco autorizado para tratar una enfermedad distinta para la que fue aprobado- no debe confundirse con un ensayo clínico, que es cuando un medicamento aún está en fase de prueba y todavía no está permitida su comercialización.


En Neurehabilitación hay varios fármacos a los que se les da un uso compasivo. Por ejemplo, para tratar las alteraciones cognitivas o del lenguaje derivadas de un ictus o un traumatismo craneoencefálico se emplean medicamentos autorizados únicamente para el alzheimer.


Hay otro uso que también sorprende; el de la toxina botulínica para tratar la espasticidad. Bótox en realidad es el nombre de una marca comercial. Aunque se asocia a tratamientos de estética, su uso está autorizado para tratar la rigidez muscular causada por ciertas dolencias.


También los neurorehabilitadores la emplean para aliviar la retracción muscular que se produce por lesiones causadas por un infarto cerebral o traumatismos craneales. La toxina botulínica se inyecta de forma localizada en el músculo afectado y como lo debilita, consigue reducir la tensión, lo que alivia al paciente. Publicado en Medular Digital