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Cómo hacer un rico arroz cannábico

Y esta receta es como la del pan, un clásico de la cocina cannábica ya que nunca falla, aparte de ser de nuestro consumo básico.


Así que os la dejamos porque seguramente os servirá para vuestro día a día en la cocina.


Ingredientes:


Para 4 personas


  • 1/2 kilo de arroz.
  • 1 Litro de agua
  • Una cucharada de nuez moscada rallada.
  • Una cucharada de aceite de marihuana o mantequilla cannábica.
  • Verduras a gusto salteadas (cebolla, calabacín, zanahoria)
  • Sal al gusto
  • Curry si le apetece

Preparación:


  1. Se sofrie todo en aceite de oliva o girasol todos los ingredientes, salvo el arroz y el aceite o mantequilla en un recipiente y se mezcla todo.
  2. Se vierte la mezcla en una cazuela u olla junto con el arroz y el aceite cannábico en con el litro de agua y se calienta a fuego lento hasta que rompa a hervir.
  3. Se quita, la tapa de la cazuela u olla y se espera a que la cocción se reduzca a la mitad.
  4. Se añade el aceite o mantequilla cannábica.
  5. Se revuelve bien y se echa sobre el arroz, que previamente se habrá hervido y condimentado con sal.
  6. Hay quien añade algunas gotas de curry a mitad del hervor.

¡¡Y listo!!


A este arroz puedes añadirle mas verduras o algún tipo de proteína como pollo.


El punto cannábico se lo da la cucharada (o mas, esto según a gusto) del aceite o mantequilla cannábica justo cuando el arroz comienza a estar en punto meloso.


¡ADVERTENCIA!


La subida y la duración de un colocón varía mucho dependiendo de si se ingiere o se fuma la marihuana. Cuando se fuma, el subidón llega unos cinco o diez minutos después. Cuando se ingiere, puede pasar una hora o más hasta que se note el subidón. Dado que el efecto psicodélico deseado no se percibe inmediatamente, a veces se cae en la trampa de seguir comiendo, hasta acabar en una sobredosis. ¡Y todavía puede ser peor dado que es posible que el colocón dure cinco horas o más! Por eso, aunque tu cuerpo esté acostumbrado a los porros, vigila la cantidad de marihuana que consumes en una comida: más vale no repetir que arrepentirse después. Si no cultivas tus propias plantas, averigua de dónde proviene la hierba y asegúrate de que los cogollos no han sido regados con pesticidas u otros compuestos químicos que puedan ser nocivos.