La investigación muestra que el efecto de la cafeína del café en ciertas dosis refuerza y extiende la influencia de cannabis, pero también puede reducir el efecto a dosis más altas. Tal vez más que el consumo de cannabis pueda fomentar la adicción al café.
El estudio fue dirigido por el Dra. Zuzana Justinová y bajo la supervisión de otros investigadores de los EE.UU. del NIDA. El estudio examinó la relación entre dicho efecto bio-químico del THC, el componente psicoactivo del cannabis y la cafeíana del café.
El café esta considerado como uno de los métodos reconocidos para tratar la “sobredosis” de cannabis, y, en consecuencia, el supuesto subyacente de los investigadores fue que los efectos del THC y la cafeína tarbajan en áreas similares del cerebro.
La investigación se llevó a cabo en monos de laboratorio en lugar de los seres humanos, debido a la falta de permisos federales para este tipo de investigaciones. A los monos se les dio libre acceso al autoconsumo de THC, y se les inyectó una estructura química idéntica de cafeína. El producto químico se inyectó para simular cantidades variables de consumo de café, poco, media y mucha más cantidad, para probar sus efectos sobre la necesidad o la falta de necesidad en los monos de dosis perecidas de THC.
Los resultados del estudio muestran que la cafeína puede causar un cambio en el efecto del THC de dos caras: por un lado, pequeñas dosis de cafeína pueden extender la influencia del cannabis y causar una disminución de la cantidad consumida, pero en grandes dosis de café incrementó el consumo de cannabis y disminuyó el efecto.
El razonamiento detrás de las conclusiones es que los receptores más nerviosos se bloquean debido a los efectos de la cafeína, los monos necesitaron una mayor cantidad de THC para lograr el mismo efecto y mantenerlo bajo en ese momento. Por el contrario, porciones más pequeñas hicieron que los monos prefiriesen consumir THC con menos frecuencia, lo que significó que su influencia duró más tiempo.