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La Marihuana puede sentarte mal. Alcohol, tabaco, azúcar y agua te matan

 A veces utilizamos argumentos para defender una opinión que no queremos que nuestros opositores la utilicen para defender la suya. Y son las mismas.


La vieja Europa, Japón y el resto del mundo sucumbió a la gran ola de la prohibición de la marihuana que nos llegó desde los Estados Unidos allá por el 1937. Los argumentos que se utilizaron para ello -actualmente sólo escucharlos dan risa- sirvieron para que que los dirigentes mundiales los aceptaran. Actualmente y desde ése mismo país, salen las voces que critican y se“mofan” de los increíbles argumentos utilizados por ellos en esa época y que los demás países aceptaron. Hoy en día, ésas mismas naciones que dijeron en su día “si, lo que digáis, por supuesto”, parece ser que aún creen en esos ridículos argumentos en contra del cannabis que se sacaron de la chistera -sombrero que utilizan los magos para sacar un conejo y que la gente aplaude-


Los de la vieja Europa diciéndole al “tío Sam” si, lo que quieras, tuvo en su día lógica, de hecho vinieron a salvarnos del enemigo nazi y como buenos anfitriones encima que nos sacan las “castañas del fuego” no vamos a “ir jodiendo”.


Los del imperio del sol naciente, Japón, aunque para ellos el cannabis fue cultura e historia desde hacía miles de años, la guerra mundial la perdieron y tuvieron que “tragar” con la misiva que llegaba desde la otra parte del pacifico, evidentemente se aceptó “barco, como un animal de compañía”.


En el resto del mundo, hay países grandes y pequeños, a la mayoría les interesaba seguir los dictámenes de la ONU auspiciados por EEUU, aunque esa opinión estuviese corrompida o fuese alucinante.


Actualmente, la corriente “pro-cannabis” o simplemente que “nadie es un delincuente por fumarse un porro”, está calando en una población mundial que, como ya he dicho en artículos anteriores, no traga ni acepta con los argumentos esgrimidos en los años treinta y cuarenta del siglo pasado. Hoy en día se está tratando de corregir esa gran farsa que terminó en la ilegalidad mundial de la marihuana y con esa idea del que la utiliza debe estar encerrado.


En la mitad (por ahora, cada vez se apuntan más) de los estados norteamericanos se legaliza para su uso medicinal y en alguno que otro para uso adulto. El la concentración de países del Caribe se quiere legalizar totalmente, en el sur de América países como Uruguay ya han levantado el veto. En la vieja Europa ya no se puede engañar más al abuelo europeo, es viejo pero no tonto. En el Japón están re-descubriendo que la planta fue la cultura y el sustento de sus antepasados, y aunque su emperador intentó después de la gran guerra que no se implantase la corriente anti-cannabis, actualmente y hacía tiempo que no se notaba tanto, muchísimas voces quieren hablar de ése raro estatus impuesto a ellos.


Por lo tanto, para ir en contra de esa planta, para muchos maldita y para otros tantos bendita, se deben crear nuevos argumentos que la población moderna actual y bien informada pueda entender y creer. Pero, eso si, que no sean argumentos que en otras sustancias si que admitimos.


Por ejemplo si esa sustancia es mala, el tabaco mata, engancha, es cancerígeno y con muchos más problemas que la marihuana. Éso si es legal y lo acepta la sociedad. El alcohol, mata, enferma, es cancerígeno, produce agresividad y es legal. El azúcar, es legal, engancha y produce enfermedades. Y otro dato, hay cientos de productos que su abuso nos puede llevar a la tumba o a la incineración y siguen siendo legales para la sociedad, no es cuestión de que puedan matar, es cuestión de que estén cultural y gastronomicamente en nuestra cultura desde hace ya mucho tiempo y el ciudadano sabe que un mal uso de ellos no es bueno.


Te imaginas que alguna investigación dijese “hemos hecho un estudio y el agua mata, te puedes ahogar si bebes mucha”.


En mi opinión, claro que hay muchos productos que matan si se utilizan mal o se abusa de ellos, pero por favor, una gran parte de la sociedad del siglo XXI no entiende por qué queremos prohibir con unos argumentos que para otros productos o sustancias argumentamos todo lo contrario.


Por Mac