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La República Checa quiere impulsar el cultivo de marihuana para abaratar el coste

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La legalización de la marihuana con fines terapéuticos ha fracasado en la República Checa por los altos precios del cannabis importado, que la hacen inaccesible a amplios sectores de la población.


El gobierno checo quiere impulsar el cultivo local de mariguana tras fracasar la legalización de esa droga para fines terapéuticos debido a los altos precios del cannabis importado.


La ley de legalización, aprobada en 2012 y vigente desde fines de 2014, pretende facilitar el uso de la mariguana para fines médicos mediante su venta controlada en farmacias.


El objetivo es que los pacientes que la necesitan puedan acceder al cannabis a precios razonables, pero las vigentes restricciones al cultivo obligan a importar el cáñamo índico, lo que ha disparado su precio a niveles inalcanzables para la mayoría de los enfermos.


Un gramo de flor de marihuana seca importada asciende a casi 11 euros, por lo que una dosis mensual de 30 gramos, la máxima que puede recetar el médico, sube hasta los 330 euros, un tercio del sueldo medio en el país centroeuropeo.


“Queremos lograr un precio más bajo comparado con lo importado”, explica a Efe Stepanka Cechova, portavoz del ministerio de Sanidad en Praga. Expertos y representantes de los pacientes afectados siguen reivindicando que la mariguana llegue legalmente y esté al alcance de todos los bolsillos.


Denuncian que, más de dos años después de la legalización y pocos meses desde que empezara su comercialización efectiva en farmacias, no se ha conseguido nada de lo que buscaba la ley. “No se ha logrado el objetivo”, reconoce Viktor Mravcik, director del Centro de Seguimiento Nacional de Drogas y Drogodependencia de la Oficina del Gobierno.


“Se creó un marco legal, por el cual es posible una medicación a base de cannabis, pero en la práctica no tiene lugar”, añade. Los iniciadores de la ley de legalización buscaban responder a necesidades de una población muy concreta y numerosa.


Tenían, además, el respaldo de los médicos y neurólogos checos, entre los que existe un consenso sobre la eficacia de la mariguana para combatir males como los dolores crónicos neurológicos, la inapetencia y polineuropatías en pacientes con SIDA. También es útil como paliativo en casos de tumores o como lenitivo contra dolores neuropáticos, entre otras aplicaciones.


En el proceso legislativo se fijó un sistema de receta electrónica, para evitar abusos y que la policía pueda controlar fácilmente la comercialización de la droga. Pero han seguido vigentes las sanciones al consumo recreativo y al cultivo de la mariguana.


A esas restricciones se opone la organización Legalizace.cz, que aboga por la liberalización total de este estupefaciente. La falta de recursos económicos ha llevado a muchos de los potenciales usuarios a expresar su profunda decepción, mientras utilizan vías ilegales para suministrarse las dosis.


Al alto precio se suma el rechazo del Instituto Estatal para Control de Fármacos a subvencionar la marihuana a través del seguro médico. “Para fijar la cobertura de la seguridad médica es indispensable que la eficacia del preparado, en comparación con otros fármacos, sea clínicamente significativa. Por el momento no existen esas pruebas”, declaró a Efe Lucue Sustková, portavoz de ese instituto.


Esa respuesta no convence a los afectados, algunos de los cuales creen que los obstáculos a los esfuerzos por facilitar el cannabis a quienes los necesitan estarían relacionas con intereses de empresas multinacionales farmacéuticas que desean frenar el desarrollo de esta terapia.


Es el caso de Zdenek Majzlik, un jubilado que cuida de su hija Martina, de 47 años y enferma de esclerosis múltiple. La dosis mensual de cien gramos de su hija supondría un desembolso de unos mil euros, muy superior a su pensión.


“Habría que asegurar unas condiciones para que el coste fuera una décima parte del sueldo mínimo, como es el caso de Israel”, señala. Tras experimentar con otros remedios, Mejzlik considera que el cáñamo índico es la salida más eficaz a ciertas dolencias que sufre su hija, como los espasmos musculares.


Martina debe fumar cinco cigarros de marihuana al día para evitar las contracciones musculares que le impiden realizar las funciones más básicas. Para ello, la familia cultiva ocho plantas, suficientes para recoger cada año, a mediados de otoño, los dos kilos de flores de marihuana que garantizan la dosis de Martina.