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Laboratorios Emotek. Extracción de Circuito Cerrado

Durante nuestra estancia en Denver, Colorado, tuvimos la ocasión de visitar la premiada empresa de extracciones de cannabis, Emotek Labs, que ha desarrollado un sistema de circuito cerrado, referente para el sector, para la extracción de resinas de cannabis utilizando butano, además de evitando, al mismo tiempo, el riesgo de incendio y explosión que se corre con los sistemas “abiertos” tradicionales.


¿Qué es el butane honey oil (BHO)?


El butane honey oil (miel o aceite de butano, en español) es una extracción de cannabis de alta pureza que se elabora “inyectando” gas butano presurizado sobre el material vegetal del cannabis. Su aspecto puede ser el de una lámina esponjosa, opaca y amarillenta (generalmente denominada “cera” o “budder”) o una, casi, transparente y vidriosa. Esta última es la forma más apreciada, y por lo general se conoce como “shatter”. Para que la cera y el budder logren su consistencia característica, suele ser necesario batirlos, y su apariencia puede disfrazar las impurezas que serían más visibles en forma de shatter.


En general, una extracción o concentrado de cannabis es resina de cannabis que se ha separado por completo del material vegetal residual a través del uso de un disolvente. Las resinas de cannabis a base de lípidos no pueden disolverse en agua, pero pueden disolverse en disolventes no polares, además de en algunos disolventes polares.


¿Qué son los sistemas de extracción de circuito cerrado?


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Una sistema de circuito cerrado es aquel que no deja ningún “espacio” a través del cual se puedan escapar los disolventes. Las ventajas de un sistema de circuito cerrado son diversas. Principalmente, el riesgo de explosión se reduce drásticamente, ya que el componente inflamable se mantiene dentro de un sistema seguro que no permite fugas. En segundo lugar, se reduce enormemente el uso de gas ya que éste se vuelve a redistribuir a través del sistema y se inyecta más de una vez sobre el material vegetal.


Los sistemas “abiertos” rudimentarios, que predominaban en el mundo de las extracciones, están siendo desplazados, poco a poco, por los sistemas profesionales y modernos, como el desarrollado por Emotek, que han comenzado a consolidarse actualmente. Sin embargo, el elevado desembolso inicial que hay que realizar para adquirir máquinas como la de Emotek desalienta a todos, excepto a las actividades bien financiadas, por lo que muchos aficionados, y no pocos profesionales, todavía utilizan los inseguros métodos “abiertos” que desperdician una enorme cantidad de butano (que ya de por sí es un producto petroquímico y un recurso no renovable) y que entrañan un alto riesgo de causar incendios y explosiones. En Denver, se han producido varios incendios relativamente importantes causados por los métodos de extracción poco seguros en los meses siguientes a la legalización en enero de 2014.


¿A qué se dedica Emotek?


Aunque Emotek Labs ha producido algunas extracciones premiadas, su propósito principal es proporcionar una clase superior de sistemas de extracción que sean seguros, eficaces y fáciles de usar. Para ello, han diseñado un sistema de circuito cerrado que se fabrica por encargo en varios tamaños, desde el modelo de 250g de uso doméstico hasta la versión industrial de 2.500g.


Actualmente, Emotek fabrica sus sistemas de extracción por encargo, y no mantiene un exceso de existencias. En el futuro, cuando las líneas de suministro de piezas sean más eficaces, el equipo espera aligerar la, ya larga, lista de espera y llegar a un punto en el que se pueda tener stock, anticipándose a los pedidos.


¿Cómo es el sistema de circuito cerrado de Emotek?


El sistema, que tiene un precio de 26.980 $, consiste en una base de acero inoxidable con agujeros circulares para dar cabida a dos recipientes de acero inoxidable, de los cuales uno contiene un bote de n-tano (butano de alta pureza) y la otra comprende la cámara de inyección del dispositivo, por donde pasa el gas a través del cannabis triturado para liberar las resinas.


Los cámara de inyección se compone de varias secciones que deben ser ensambladas correctamente antes de su uso. Las fijaciones son de alta calidad y se ajustan con precisión, de modo que es prácticamente imposible desmontar el dispositivo de manera incorrecta, ya que los tornillos no se ajustan a menos que estén correctamente alineados.


Una complicada serie de tubos conectan el recipiente del gas a una bomba de vacío (que resulta fundamental en diferentes momentos del proceso para garantizar que no queden restos de oxígeno o de gas en el sistema) y, de nuevo, a la propia cámara de inyección.


La clave de un sistema de circuito cerrado es que nunca debe escaparse nada de gas del sistema. Por lo tanto, un tubo reciclado envía el butano de nuevo a la bombona, una vez que ha pasado a través del material vegetal del cannabis. El gas puede pasar a través del material varias veces, antes de que se sustituya la bombona, y posteriormente es reciclado (por lo general, dicho butano reciclado se venderá como un producto de menor calidad, apto para el uso industrial pero no medicinal).


¿Cómo funciona el sistema de Emotek?


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Una vez que el sistema ha alcanzado la presión correcta (poco más de -1 bar), las válvulas se abren y se deja pasar el gas a través de la cámara. Una pequeña ventana de plexiglás situada justo debajo de la cámara permite a quien lo manipula ver el progreso del gas, cuando la bombona está casi agotada, el nivel de líquido baja visiblemente.


Debajo, hay otro recipiente de acero inoxidable que recoge el butano líquido y la resina disuelta. Dos orificios situados en la parte superior de este contenedor permiten determinar visualmente hasta que punto se ha evaporado el butano (poner la luz de una linterna en un agujero y mirar por el otro es la mejor manera de garantizar una visión clara).


Una vez que el butano se ha evaporado y se ha canalizado de nuevo en el recipiente, todo el proceso puede repetirse una o dos veces más. Por lo general, el gas pasa a través de la cámara por lo menos una vez. Cada vez que el gas pasa a través, el color del líquido que se ve pasar por la ventana cambia y normalmente ayuda a determinar la cantidad de resina que queda en el material.


Purgar la extracción de cannabis


Cuando el material vegetal se ha consumido y el butano se evapora por completo, se separa la cámara del recipiente de abajo y se deja a un lado para limpiarlo. El contenedor está ahora cubierto con una capa pegajosa de resina de cannabis, que se raspa y se extiende sobre una bandeja de horno de silicona. Por lo general, algunos rastros de la resina pegajosa permanecen adheridas al contenedor, así que para limpiarlo, hay que aclarar el butano del sistema que, por otra parte, ya está vacío.


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La extracción de hachís, ahora extendida en una capa fina y uniforme sobre la bandeja de horno de silicona, se coloca dentro de un horno de vacío para pasar por el proceso conocido como “purga”. En primer lugar, el horno se despresuriza para crear un vacío. Cuando esto ocurre, las burbujas residuales de butano que quedan en el hachís se expanden y se rompen, evaporándose por completo y “limpiando” el hachís de modo que se eliminan los restos de impurezas.


A continuación, el hachís se deja en el horno, que se calienta a alrededor de 110° C, durante un máximo de ocho horas para permitir que los restos residuales finales del butano se evaporen. Una vez que la purga se completa, el hachís extraído debe tener un aspecto vítreo, firme (aunque puede que un poco pegajoso) al tacto y sin burbujas atrapadas en su interior. Las burbujas indican que el producto no ha sido suficientemente purgado y que hay butano residual atrapado dentro.


¿Por qué el butano se considera el mejor disolvente?


El butano es el disolvente elegido por la mayoría de los artistas que elaboran extracciones. Se trata de un disolvente no polar, y por lo tanto no lleva carga eléctrica en sus moléculas. Es barato y fácil de conseguir, y debido a su punto de ebullición muy bajo, de alrededor de -1° C, es fácil de eliminar del producto acabado, al menos en teoría. En la práctica, es fundamental utilizar butano de la mejor calidad, ya que el gas de peor calidad presenta restos de impurezas, entre los que se incluyen metales pesados.


Hay varios inconvenientes a la hora de usar el butano como disolvente. Sin un equipo especializado de coste elevado, puede ser extremadamente peligroso utilizar butano: los aficionados al arte de las extracciones han sufrido quemaduras graves, y en algunos casos han perdido sus vidas en explosiones de gas butano, y muchas propiedades se han visto gravemente dañadas o destruidas. Además, el butano es un producto petroquímico, y como tal, perpetuar su uso tiene un impacto negativo sobre el medio ambiente y apenas es sostenible.


Sin embargo, el butano es generalmente considerado la mejor opción disponible. Muchos otros disolventes que pueden disolver los cannabinoides no se evaporan a temperaturas suficientemente bajas para preservar los cannabinoides y realmente sólo pueden utilizarse para hacer tinturas, en las que el ingrediente activo permanece en la solución. El alcohol propílico y el de etanol también se pueden utilizar para hacer extracciones de cannabis, pero suelen contener un 1% o más de impurezas que pueden resultar imposibles de eliminar.


Un apunte sobre la polaridad de los disolventes


La polaridad química se refiere a la carga eléctrica total presente en una molécula, según se define por la suma de las cargas de los átomos que la componen. Una molécula polar (como H₂O) se compone de un átomo de oxígeno cargado positivamente (+1) y dos átomos de hidrógeno cargados negativamente (-2). Por lo tanto, tiene un “dipolo” (dos polos no iguales y opuestos) y una carga global de -1. Una molécula no polar (como el metano, CH₄) tiene la misma carga en los átomos que la componen. Por lo tanto, no tiene dipolo general y no lleva carga ni positiva ni negativa.


En términos generales, los disolventes no polares se disuelven en disoluciones no polares y los disolventes polares se disuelven disoluciones polares: el butano disuelve el aceite y el agua disuelve el azúcar. Sin embargo, esta regla no siempre se cumple, ya que la polaridad es una escala relativa, y las moléculas polares varían en carga de acuerdo con los átomos que la componen. Además, tanto los disolventes polares como los no polares pueden disolver la resina de cannabis, pero no todos son igual de efectivos. Los disolventes no polares generalmente se prefieren para la elaboración de extracciones de cannabis pero diferentes disolventes polares, incluidos el etanol y el alcohol propílico pueden disolver compuestos cannabinoides.


Constante dieléctrica y polaridad


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Tal vez una medida más útil, cuando se comparan los diferentes disolventes y su capacidad para disolver compuestos cannabinoides, es determinar la constante dieléctrica (DK) del disolvente. En lugar de añadir directamente las cargas de los átomos componentes para medir la polaridad, la DK mide la capacidad eléctrica de una sustancia frente a la de un vacío en determinadas condiciones: debe aplicarse una tensión específica y la temperatura debe permanecer constante.


Los disolventes no polares tienen una DK de 15 o menos mientras que los disolventes polares oscilan de 15 a 100. Parece que cuanto más cerca está un disolvente polar del punto de corte de 15 DK, más eficaz es como disolvente para los compuestos cannabinoides. Esto explica la ineficacia del agua como disolvente para los cannabinoides, el agua tiene una DK de 80,4 a 20° C mientras que el etanol y el alcohol propílico tienen una DK de 24,3 y 21,8 a 20° C.


Por Seshata


Fuente SensiSeeds