La planta del cáñamo y del cannabis tiene una larga historia milenaria. Hace 8.000 años era una planta silvestre de Asia Central y del Himalaya, luego cultivada en China para producir fibra textil y más tarde en la India, para obtener incienso y resina. Se expandió hacia el Índico y hacia Europa. En los Balcanes se han encontrado semillas para inhalarla en un brasero de hace 5.000 años. Una planta milenaria y de múltiples usos (comida, vestido, calzado, cuerdas, incienso, papel, psicoactivo…) que solo es ilegalizada a partir del primer tercio del siglo XX.
En
1937, Estados Unidos prohibió el cultivo del cáñamo por presión de la
industria papelera y de la química-textil para no hundir sus intereses
en otras materias primas. De paso, la ley de 1937 prohibía su derivado
(la marihuana) y reforzaba la moralidad puritana sobre sus peligros. Han
pasado más de 80 años de políticas prohibicionistas que no tienen mucho
más recorrido futuro. Ahora vivimos un cambio de ciclo que apuesta por
la legalización.
Uruguay es el país pionero que acaba de legalizar y regular la producción, venta y
consumo de la marihuana siguiendo un proceso impecable y bien organizado según la misma Unión Europea y organismos internacionales. La apuesta del presidenteMujica ha sido valiente y le han seguido ciertos estados norteamericanos donde los primeros datos ya recogen el descenso de los delitos menores y violentos. En Colorado está generando nuevos negocios y hasta 10.000 nuevos empleos.
Una
ocasión perdida por el municipio de Rasquera que el juez y el Estado
tumbaron hace ahora un año. «Ustedes no pueden plantar ese cultivo ni
esas semillas». Esa fue la sentencia de un Estado que se dice liberal y
democrático en pleno siglo XXI. Una decisión errónea. Legalizarla es la
manera más efectiva de combatir el narcotráfico y la adulteración. Algo
ya sabido y debatido desde finales de los años 80.
En
nuestro país persiste cierta tolerancia para el cultivo si es para
consumo personal. Aprovechando los resquicios legales, han ido
multiplicándose los clubs de cannabis de manera descontrolada. Justo por
no tener un marco pleno de cobertura legal desde el
Por Xavier Martinez Celorrio
PROFESOR DE SOCIOLOGÍA DE La Universidad Barcelona