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Marihuana medicinal en Australia: dejar que los médicos, no los políticos, solucionen el problema

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Un grupo multipartidista – dirigido por el senador Richard Di Natale de los Verdes, la diputado laborista Melissa Parke y el diputado liberal Sharman Stone han propuesto un proyecto de ley para el cannabis medicinal. Dos de cada tres australianos apoyan el cannabis medicinal. Los políticos que apoyan el cannabis medicinal incluyen al Primier Ministro Tony Abbott, a Mike Baird Primer Ministro de Nueva Gales del Sur y al primer ministro victoriano Daniel Andrews. Políticos retirados que apoyan cannabis medicinal incluyen también a John Howard y Bob Carr.


“¿Por qué a las personas enfermas se les permitirá el cannabis, pero no así a la gente?” Es una pregunta común. Hay buenas razones para pensar por separado acerca de las drogas medicinales y recreativas. Hay una serie de medicamentos que los médicos en Australia pueden prescribir para fines medicinales, aunque esté prohibido su uso recreativo, incluida la morfina, anfetaminas, cocaína y ketamina.


El marco de la política medicinal y recreativa y sus condiciones regulatorias son muy diferentes y con razón. El público en general puede haber olvidado los viejos tiempos de vendedores de aceite de serpiente que vendían medicamentos no regulados, pero los médicos no han olvidado la terrible explotación y el daño creado por algunos de estos medicamentos. Un suministro fiable de medicamentos seguros es una parte fundamental de un sistema de salud pública eficaz, al igual que el suministro de alimentos seguros, agua y aire limpio.


Hemos oído hablar un poco acerca de los planes del gobierno de Nueva Gales del Sur para la investigación sobre el cannabis medicinal. Asimismo, tiene previsto poner fin a la acción policial contra los pacientes y las familias que lo adquieren con la intención de utilizarlo con fines medicinales para una condición terminal. Si bien estos son hechos positivos, no necesitamos más investigación. Lo que necesitamos con urgencia ahora es comenzar a usar cannabis medicinal de acuerdo con la evidencia.


En las áreas polémicas de la medicina, es mejor empezar con un enfoque un tanto restringido y luego liberalizar progresivamente las condiciones. Pero los políticos tendrán que ser siempre conscientes del hecho de que el cannabis es una planta fácil y barata de cultivar.


El uso medicinal del cannabis es una cuestión de equilibrio.¿A quién se debe permitir usarlo? Aunque hay algunas pruebas de que el cannabis medicinal pueden reducir de manera segura los síntomas graves y penosos en una serie de condiciones en las que los medicamentos convencionales han fallado, la evidencia nos muestra que es mejor para las náuseas y los vómitos después de la quimioterapia del cáncer, dolor crónico no oncológico (especialmente si el daño es debido a los nervios en lugar de a los tejidos), la espasticidad en la esclerosis múltiple y para enfermos terminales del cáncer y el VIH.


Esto deja varias cuestiones importantes por resolver. ¿Qué condiciones se aprobarían? ¿Cuáles serían los criterios diagnósticos mínimos acordados para estas condiciones? ¿Cómo tienen que que ser de severas las condiciones? ¿Cómo se confirmará?

Un grupo de expertos tendrá que responder a estas preguntas y volver a la evidencias. Será necesario otro grupo de médicos independientes para examinar las solicitudes de los médicos que deseen prescribir cannabis medicinal a un paciente.


Entre las preguntas más difíciles son si se usará cannabis medicinal en casos extremos donde haya evidencia existente que es insuficiente. El sistema de salud intenta cada vez más que la política y la práctica se ajuste más a la evidencia, pero hay algunas condiciones, como la epilepsia intratable en la infancia, donde hay abundante información anecdótica, pero ninguna investigación rigurosa publicada. ¿Qué deben hacer los médicos en casos como estos donde la compasión exige flexibilidad pero la evidencia existente es insuficiente? No está claro cuál es la mejor respuesta a esta pregunta, pero está claro que la peor respuesta es entregar este problema a los políticos.


Las preguntas más espinosas implican suministro. ¿Qué tipo de preparaciones de cannabis se deben utilizar? ¿Cómo deben administrarse estas? La mayoría de los médicos rechaza la inhalación de humo del cannabis como una forma de consumo de un medicamento, excepto tal vez en algunos pacientes terminales. Aunque la inhalación de humo de cannabis tiene la ventaja de una rápida absorción permitiendo de este modo a los pacientes poder valorar su dosis correcta y suficiente para reducir los síntomas desagradables.


Los 60 o más ingredientes principales de cannabis responsable de sus efectos que alteran el humor son muy solubles en grasa pero se disuelven mal en el agua. En consecuencia, el cannabis se absorbe poco en el ambiente acuoso de nuestro sistema digestivo a menos que esté suspendido en una grasa o aceite. Las preparaciones farmacéuticas anteriores de cannabis no consiguieron ganar un mercado debido a que su absorción era muy lento e impredecible.


Sativex, la nueva preparación farmacéutica de cannabis que se rocia en forma de espray en el interior de la boca, tiene muchos atractivos. Alrededor de $ 500 al mes, es probable que sea inasequible para la mayoría de los pacientes, especialmente aquellos que sufren de una enfermedad a largo plazo. Suavemente el cannabis botánico se puede inhalar vaporizando sus ingredientes psicoactivos. Dispositivos de vaporización portátiles, del tamaño de una pluma estilográfica, son ahora fácilmente disponibles y asequibles.


Miembros de la iniciativa parlamentaria recomienda la creación de una Oficina del Cannabis Medicinal similar a la Administración de Productos Terapéuticos (TGA). El cannabis debe ser regulado como un medicamento y la TGA no es la organización correcta para hacerlo.


Un país civilizado y compasivo debe hacer todo lo posible para reducir el sufrimiento de sus ciudadanos.