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Republicanos de EEUU en contra de la prohibición sobre la marihuana

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Aunque resulte paradójico, esta semana hemos visto como una mujer de 85 años residente en Texas, y republicana de toda la vida, se ha involucrado con la publicidad a favor de la legalización de la marihuana.


Su nombre Ann Lee, es cofundadora de RAMP (Republicanos en contra de la prohibición de la marihuana), y la guerra contra la marihuana no está nada en sintonía con sus valores tradicionales.

A pesar de que nunca ha fumado marihuana, cita sus valores políticos y la lucha personal de un familiar cercano como sus razones principales para su defensa del derecho fundamental de cualquier norteamericano a consumir marihuana.


Un familiar cercano


En 1990 su hijo quedó paralizado tras un accidente de trabajo, lo que le llevo a buscar alivio para sus dolores nerviosos. Tras descubrir algunos estudios que sugerían que la marihuana podía aliviar su dolor, tomo la decisión de probarla, una decisión que tuvo que contar con «Unos cuantos rezos y mucha investigación», para que finalmente sus padres la apoyaran.


A pesar de que Ann abrazó de todo corazón las políticas del presidente Regan en 1980 que incluían apoyo a la guerra contra las drogas, la experiencia de su hijo le hizo ver la marihuana de una manera totalmente diferente.


Creación de RAMP


Ella y su marido Bob comenzaron a asistir a reuniones que trataban la situación legal de la marihuana en Texas.


Fue en 2012, tras participar en una conferencia organizada por NORML, cuando se dio cuenta de que muchos de los allí presentes eran republicanos como ella.


Esto fue lo que la llevo a crear la RAMP, para así tratar de convencer a más republicano de que la prohibición iba en contra de los valores del partido.


Su visión actual


Lee también comparo la políticas actuales a las leyes de Jim Crow de su juventud, señalando el desproporcionado número de personas de color encarceladas por delitos relacionados con la marihuana, no siendo estos más propensos a su uso que las personas blancas.


Además señala la inmoralidad que supone encerrar a personas por usar o vender marihuana.

A parte de la dimensión moral de su discurso, lee ve la ironía en el apoyo de los conservadores al gobierno contra la marihuana:


«No se puede creer en gobiernos pequeños y en la enorme burocracia creada por la guerra contra las drogas»


Lee ve a los republicanos como Rand Paul, aliados para evitar la infracción federal que elimine el derecho fundamental de todos los ciudadanos a usar marihuana.


A pesar de que lee, a sus 84 años, a veces se ve frustrada por el ritmo en la reforma de las leyes, piensa seguir con su activismo:


«Los jóvenes republicanos han adoptado el tema con toda la pasión que siempre he tenido y tendré»

Ella mira hacia el futuro y tiene razones para tener esperanza.