Son muchos los países que decidieron hacer borrón y cuenta nueva con respecto al cannabis o, por lo menos, a su versión medicinal.
Según el sitio económico colombiano Portafolio, la industria del cannabis se perfila como una solución emergente para Colombia.
La crisis económica que está desatando el covid-19 en casi todo el mundo obliga a hacer cambios profundos en las sociedades. Ya encuentra soluciones rentables y sostenibles para contrarrestar los efectos de la pandemia.
Un mercado que puede representar grandes oportunidades para el país es el cannabis, el cual, según los análisis de la consultora Euromonitor International divulgadas por Forbes, tenía un valor de 12.000 millones de dólares en 2018 en todo el mundo, cifra que podría aumentar hasta los 166.000 millones en el año 2025.
Además, en los últimos años, venimos expidiendo decretos y procedimientos que siguen dando forma al marco normativo para la producción y transformación de esta planta con fines médicos y científicos.
Esto se debe a que el cannabis cuenta con componentes no psicoactivos, como el Cannabidiol (CBD), el cual representa grandes aportes a la salud humana.
Es un escenario de grandes posibilidades, sobre todo si se tiene en cuenta que, gracias a la aprobación de la Ley 1787 de 2016, Colombia fue uno de los primeros países en avanzar en el camino de la legalización del cannabis medicinal.
“De momento, está comprobado que el cannabis es útil para dolores
crónicos y para la salud mental. Sin embargo, hay muchas puertas
abiertas, porque el cuerpo también tiene un sistema endocannabinoide
propio ”, explica Sergio Gómez, director de Operaciones de Siembra Medicinal Colombiana (SIEMCOL)
Y agrega: “Esto significa que el cannabis puede representar un sistema de llave y cerrojo para muchas patologías, como las afecciones inflamatorias, las enfermedades neurodegenerativas, el alzhéimer, el glaucoma, la epilepsia, entre otras”.
Ésta es una de las empresas que ha sabido identificar los beneficios que
el cannabis puede ofrecer a la salud humana, pero también a la economía
nacional.
Nacida en 2018, esta empresa, que hace parte de Asocolcanna, tiene la característica de haber quirúrgico del sector médico bajo tres pilares; como el bienestar, la investigación y la identidad colombiana.
“El bienestar que genera es de dos tipos; director, medio del uso de derivados complementarios y sustitutivos en su cadena medicinal e industrial que afecta a personas e, incluso, a animales; e indirecto, porque tenemos un impacto positivo en las comunidades a las que llegamos ”, afirma el director de Operaciones de SIEMCOL.
Con respecto a la investigación, la empresa ha establecido convenios con la Universidad Jorge Tadeo Lozano y con la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia para avanzar en el conocimiento de la planta y sus aplicaciones.
En cuanto a la identidad, SIEMCOL tiene como prioridad generar un impacto local positivo, con capital nacional, profesionales del país y una producción para consumo interno, lo que se puede evitar en el municipio boyacense de Toca, donde la empresa tiene un terreno de 30 hectáreas para la siembra de cannabis.
Este municipio fue elegido por SIEMCOL por tres razones; se trata de una zona segura, cerca de vías principales del país y próxima a una fuente hídrica importante, como lo es el Embalse de La Copa. Y el cual suministra agua al bajo Sogamoso.
En apenas dos años, Toca ya está experimentando los beneficios económicos, sociales y ambientales que la industria cannábica puede ofrecer en sus zonas de influencia.
Estos se complementan con un plan ambicioso para el futuro: “Proyectamos un promedio de 15 empleos agrícolas por áreas cultivadas en Toca. Además, las obras de adecuación las hemos llevado a cabo con personas de la región. Y hacemos parte de una asociación que promueve una cultura responsable de las fuentes hídricas. Igualmente, estamos comprometidos con la reforestación, pues en nuestro predio de 30 hectáreas contamos con cerca de 1.900 árboles, sobre todo pinos y eucaliptos, y esperamos sembrar más de 8.000 especies nativas ”, acota Gómez.
LUPA RUBRA
Many countries have decided to make a clean slate and new account regarding cannabis or, at least, its medicinal version.
According to the Colombian economic website Portafolio, the cannabis industry is emerging as an emerging solution for Colombia.
The economic crisis that Covid-19 is unleashing in almost everyone is forcing profound changes in societies. You already find profitable and sustainable solutions to counter the effects of the pandemic.
A market that can represent great opportunities for the country is cannabis, which, according to the analysis of the consulting firm Euromonitor International disclosed by Forbes, had a value of 12,000 million dollars in 2018 worldwide, a figure that could increase to 166,000 million in the year 2025.
In addition, in recent years, we have been issuing decrees and procedures that continue to shape the regulatory framework for the production and transformation of this plant for medical and scientific purposes.
This is because cannabis has non-psychoactive components, such as Cannabidiol (CBD), which represents great contributions to human health.
It is a scenario of great possibilities, especially considering that, thanks to the approval of Law 1787 of 2016, Colombia was one of the first countries to advance on the path of legalizing medical cannabis.
“At the moment, cannabis has been proven to be useful for chronic pain and mental health. However, there are many open doors, because the body also has its own endocannabinoid system ”, explains Sergio Gómez, director of Operations of Colombian Medicinal Seeding (SIEMCOL)
And he adds: "This means that cannabis can represent a key and lock system for many pathologies, such as inflammatory conditions, neurodegenerative diseases, Alzheimer´s, glaucoma, epilepsy, among others."
This is one of the companies that has been able to identify the benefits that cannabis can offer to human health, but also to the national economy.
Born in 2018, this company, which is part of Asocolcanna, has the characteristic of having surgery in the medical sector under three pillars; such as well-being, research and Colombian identity.
