Muchas veces vamos al médico porque nos duele la rodilla y acabamos tomando algo que nos estropea el estómago, o nos quejamos de que la medicina tradicional no tiene una visión holística de nuestros síntomas. Si nos dijeran que debemos buscar nuestra medicación en un banco de semillas de marihuana como dinafem pensaríamos que el médico está loco o que estamos a punto de hacer algo ilegal.

Pero ninguna de las dos cosas es cierta, al menos ya no en un país como Brasil. Y es que recientemente la Agencia Nacional de Vigilancia

l-5168.html">cannabidiol (CBD) de la lista de sustancias prohibidas en este país. La droga, que se usa principalmente para tratar enfermedades neurológicas, será vendida con receta médica. Estos medicamentos todavía no se elaboran en Brasil, por lo que deberá ser importada con las complicaciones burocráticas que eso supone.

Esta decisión viene después de que la Agencia presentara un informe que asegura que el CBD carece de efectos psicoactivos y no causa dependencia. De hecho, como han demostrado diversos estudios, tiene menos efectos secundarios de los que muchos enfermos esperarían encontrar en la medicina tradicional, no especialmente cuidadosa con las consecuencias que determinadas sustancias pueden producir en el organismo.

En cualquier caso, medidas como estas abren el camino de la investigación, y diluyen un poco la leyenda que acompaña todavía a una sustancia cada vez más de moda. Y no hablamos de una moda frívola y pasajera. La recuperación de alimentos o materias primas más naturales y que han acompañado al ser humano desde la antigüedad (como el cáñamo, en el caso que nos ocupa) es una elección más sana y sostenible que otras menos estereotipadas pero más nocivas. Veremos en qué queda esta iniciativa, y si los resultados son lo suficientemente llamativos como para crear un efecto dominó que dé esperanza a muchos enfermos que no ven la medicina tradicional como una opción viable para curar sus dolencias.