Cuando Justin Trudeau se erigió como el rotundo vencedor, no sin sorpresa, en las elecciones canadienses, a Marc Emery
Trudeau, que había planteado la regulación del cannabis como uno de los puntos clave de su nueva política, se dispuso a cumplir lo prometido poco después de su elección. A las pocas semanas de asumir el cargo, convocó al Departamento de Justicia con el fin de hacer todo lo
Vancouver es pionera
En Vancouver, uno puede llegar a creerse que el cannabis es legal. Desde hace algún tiempo, el gobierno de la ciudad, a cargo del Alcalde Gregor Robertson, ha permitido las farmacias donde se dispensa cannabis, que de hecho son ilegales en Canadá. El Ayuntamiento de Vancouver incluso participa activamente en el establecimiento de normas para estos dispensarios médicos, que son ilegales en virtud de la legislación canadiense. Desde
Los Salones para Vaporizar siguen prohibidos de momento
Además de los dispensarios, que sólo pueden atender a pacientes autorizados, también se han establecido en Vancouver los llamados Salones del Vapor, donde por una cuota mensual, los pacientes y consumidores recreativos pueden vaporizar cannabis en un ambiente parecido al de un coffeeshop. Algunos de estos salones están conectados directamente con las farmacias de cannabis, mientras que otros funcionan por separado. En estos lugares, no se vende cannabis, por lo que practican una política de “Trae Tus Propios Cogollos”. Aunque los salones no venden, los dirigentes municipales de Vancouver tienen la intención de asegurarse de que no reciben licencias y de que se cierran indefinidamente. Pero muchos de estos establecimientos permanecen en funcionamiento lo que, según la opinión del criminólogo canadiense Profesor Neil Boyd, no plantea ningún problema significativo. En la Universidad Simon Fraser de British Columbia, durante muchos años, Boyd ha estado investigando y publicando sobre los efectos de todo tipo de drogas en la sociedad canadiense. Cree que estos salones son menos peligrosos que los pubs. “Recuerdo haber hablado con un agente de policía una vez que me dijo, ‘Sabes, Neil, si no fuera por el alcohol, yo sólo tendría trabajo a media jornada.’ No se puede decir lo mismo del cannabis. El cannabis no produce el mismo tipo de trastornos sociales que el abuso de alcohol,” afirmaba Boyd en una conversación con el
La Convención Única de las Naciones Unidas es un barómetro
Aunque la re-legislación en la Colombia Británica parece estar avanzando más rápido que cualquier otro cambio legislativo, el gobierno canadiense del primer ministro Trudeau tendrá que seguir trabajando duro hasta que el cannabis pueda venderse legalmente en todo el país. Además de los regulaciones necesarias en materia de protección de la juventud, prevención, fiscalidad, auto-producción y de la seguridad de los consumidores, Canadá también debe tener éxito a nivel internacional en calidad de país del G-7 y apaciguar a sus socios en el ámbito internacional. A diferencia de Uruguay, es una de las mayores economías del mundo. Cuando la pequeña nación entre Argentina y Brasil legalizaba el cannabis en 2013, ya había habido críticas y amenazas por parte de la ONU, que todavía no se han materializado. Sin embargo, Uruguay ni siquiera ha logrado establecer un sistema de ventas que pueda criticarse o sancionarse. Canadá, por su parte, no está lista para legalizar el cannabis sin haber aclarado los detalles de antemano, y ya hay 27 productores de cannabis medicinal que simplemente están en espera de una licencia de producción para uso recreativo. Además, el anuncio del nuevo gobierno de que la legislación necesaria podría tardar hasta dos años en redactarse suena razonable, porque a diferencia de Uruguay o de los Países Bajos, se ha reflexionado mucho sobre la forma en que Canadá puede reconciliar el cannabis legal y la Convención Única de Estupefacientes de la ONU:
“Como parte del análisis sobre la legalización de la posesión y la producción de cannabis, Canadá tendrá que estudiar la manera de informar a la comunidad internacional y tendrá que tomar las medidas necesarias
Este es precisamente el punto que hasta ahora han evitado hábilmente todos aquellos políticos que quieren la legalización y la ONU ha mostrado poca voluntad de compromiso. Sin embargo, incluso entre la antigua línea dura de la agencia de drogas de la ONU, la UNODC(Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, ONUDD en español), parece que se ha producido un cambio de forma muy gradual. Sir Richard
“Los tratados internacionales sobre políticas de drogas no obligan a los Estados miembros a crminalizar el consumo y la posesión de drogas para uso personal. Los Estados miembros deben tener en cuenta la introducción de medidas de protección sanitaria y medidas para evitar la superpoblación de la cárceles, incluida la despenalización de pequeñas cantidades de drogas destinadas al consumo personal. […]. Hay que dedicar más recursos a la ciencia, la investigación y a la protección de los derechos humanos, incorporando programas de prevención, tratamiento de los adictos y otras medidas paliativas”, señala el informe.
Por Micha