00.jpg" /> Por Diana.-
Diría que ha llegado el momento de ser francos pero ésa seria una
verdad a medias ya que yo siempre lo he sido. El hecho es que ahora
existe un espacio dedicado a la sinceridad absoluta, a “las verdades se
dicen aunque duelan” y a las dosis de realidad que tan bien va recibir
de vez en cuando. Esas dosis que, en su justa medida, todos amamos y
odiamos del mismo modo.
Pues bien. He aquí mi columna mensual. Para los que me conozcáis ésta
será una experiencia, si más no, interesante. Para los que no, espero
que también. ¡Ahí va!
Ay…la ley, la ley…
Hecha la ley, hecha la trampa. No existe una manera mejor para
describir, a grosso modo, lo que está sucediendo en el panorama actual
en relación a la regulación del cannabis. Los “quizás”, los “en un
futuro próximo”, los “estamos trabajando en ello”, a los que nos tienen
acostumbrados los políticos nos hacen nadar en un mar de dudas
constante. Y la pregunta es ¿verá algún día el horizonte nuestro velero?
nabis/">Uruguay es
un claro ejemplo de como las reglas del juego pueden cambiar en un día.
¿Qué digo en un día? ¡En unas horas! Cuando estábamos a punto de
s/">un indeciso de última hora.
O al menos, eso quieren hacernos creer. Yo no simpatizo demasiado con
las coincidencias y menos en lo que a leyes se refiere. Puede que sí.
Puede que me equivoque y realmente se trate de un Diputado vacilante que
todavía no sabe hacia donde tirar. Ya se sabe. Uno debe arrimarse al
sol que más calienta y eso, por lo visto, lleva su tiempo.
De repente, sin que nadie se lo espere, todo cambia en el último
momento. Último o mejor, según como se mire. Cuando el mundo está
pendiente de una respuesta y el poder ha conseguido captar la atención
del pueblo (a mi entender, la parte más difícil), las dudas asaltan. Así
sin mas ¡Qué casualidades las vuestras señores políticos! Parece que el
azar y el viento se han puesto de acuerdo para soplar siempre a su
favor ¡qué coincidencia, oiga usted! Y la historia vuelve a empezar. Sí
es que vivimos en el Día de la Marmota.
o-250x182.jpg" /> Nos
tienen expectantes, con la tensión característica del que sabe, sin
poder demostrarlo, que hay un as escondido en la manga. De todas formas,
casi sin querer, todavía son capaces de mantenernos en vilo, de
hacernos creer que los finales no siempre son típicos y mediocres y que
el gol de la victoria puede que también esté esperándonos a nosotros.
¿Se levantarán todos los Diputados haciendo la ola gritando al unísono
que el cannabis salta del castigo al derecho? ¿Se pondrán de acuerdo en
que hay cosas más importantes que atacar las libertades individuales?
“No sabemos nada” se oye por ahí. “Estamos arañando la puerta y no hemos
oído palabra” aseguran; “Llevamos aquí varias horas pero siguen
encerrados ¡tiremos la puerta abajo!” grita el rebelde.
Espejismos
nabis/">13 interminables horas de debate la
masa sigue a medio hacer. Sí, en efecto, se han puesto de acuerdo.
Consiguieron acallar a los contrarios y firmaron a favor de la
legalización. Lo de “a medio hacer” lo digo porque todavía queda una
mitad. La del Senado. La irrebatible y poderosa Cámara Alta, la única
acostumbrada a mirar desde arriba, a tener la última palabra.
Esperaremos.
La cuestión es que ni colorín colorado, ni el cuento se ha acabado.
José Mujica, el indiscutible protagonista, sorprendió recientemente a
propios y extraños con unas confusas declaraciones. Con unas palabras
revestidas de un halo de arrepentimiento, el Presidente uruguayo dijo
-cannabis">marihuana se
descontrola en el país”. Además aclaró, con ese descaro e impunidad
digno de los Presidentes, que el proyecto para la regulación del
cannabis es “un experimento” y que (palabras textuales) “Como todo
experimento naturalmente tiene riesgo y tenemos que tener la
inteligencia de que si nos supera y nos pasa por arriba ponemos la marcha atrás. No tenemos que fanatizarnos”.
¿Perdón? ¿Qué me he perdido? Lo siento, no estaba atendiendo.
Observaba como, una vez más, las promesas de la democracia se iban por
el desagüe. Una cosa es el arbitraje y dictamen del Estado y otra muy
distinta es el ¡libre albedrío!. Indudablemente, como es el caso,
ciertas uniones son para la toda la vida. No siempre vale el “hoy te
quiero pero mañana no sé ”. ¿Por qué convierten en obsceno algo tan
serio? ¿Qué está pasando?
El Poder ¿ nos representa?
Se supone que el Poder Legislativo representa a los ciudadanos, a la
unidad del pueblo, a los intereses comunes y que, por encima de todo,
está para escuchar y atender las opiniones y deseos de los votantes. No
hay lugar para medias tintas o cambios de opinión de ese calibre. Un
Presidente no puede decir que dará marcha atrás en su decisión
arrastrando a todos los que le apoyaron desde el principio. No señor.
Eso no se hace.
a">Francisco Arroyo Vieyra,
Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados de México.
Este político afirma, en un texto que versa sobre la legalización del
cannabis en su propio país, que para el poder legislativo no puede haber
temas estigmatizados a priori. Para él, un estado democrático “no puede
privilegiar una sola postura” y afirma que la experiencia de gobierno
“nos dice que no solo las actividades productivas y aquellas que generan
bienes, servicios y satisfacción colectiva deben estar sujetas al
arbitraje del estado; también las partes oscuras de la sociedad
requieren de una norma que evite su desbordamiento”.
ion/">México se hallan políticos proclives a la regularización (por supuesto, la
salida
obvia a un sinfín de problemas ) considero que un amplio sector de
nuestra sociedad sigue considerando al cannabis como una de esas “partes
oscuras” a las que se refería Vieyra. Entonces, ahora que ya sabemos
que seguir abogando por el prohibicionismo, la criminalización y la
postura hierática y arcaica del Poder Penal, no es la solución, ¿donde
está el problema exactamente? No consigo entenderlo siguiendo las reglas
de la lógica. Es más, sí seguimos sujetando la vara de la moralidad,
apuntando a los usuarios medicinales, recreativos, humanos o marcianos,
lo que dará marcha atrás no será la decisión del señor José Mujica .
Será la democracia en general y el sistema de derecho en particular.
Lo dicho. Está mal señalar. Claro que sí. Eso nos lo enseñaron a
todos de pequeños, pero ¿si ellos se saltan las reglas, y lo hacen, por
qué no podemos hacerlo también nosotros? Señalémosles. Quizás haya
llegado el momento de apuntar con el dedo a todos aquellos que se
dedican a frenar la evolución natural que deben de seguir las cosas. A
aquellos que abogan por criminalizarlo y estigmatizarlo todo, por hacer
difícil lo fácil, por llenar cárceles en lugar de jardines. Señalemos la
involución. Luchemos contra ella. Puede que así, entre todos, avancemos
algo. Paso a paso, como hasta ahora. Despacio y con buena letra.