Tailandia ha puesto en marcha iniciativas en el reino para investigar el cáñamo y dio inicio a un programa cuyo objetivo consistía en desarrollar una variedad de semillas de cáñamo adecuada para su uso industrial. El programa, que comenzó hace más de 10 años, contó con la participación de diferentes instituciones extranjeras, entre los que se incluyeron criadores de la Universidad Agrícola de Wageningen de los Países Bajos, y hace poco ha llegado a su fin. Tuve la gran suerte de poder visitar un Instituto Real de Agricultura, cerca de la ciudad de Chiang Mai, en el norte del país, y tuve la oportunidad de darme una vuelta por uno de los campos donde producen su nueva variedad de cáñamo.
Un patrimonio cultural
Hasta el año pasado, en Tailandia, sólo podía cultivar cáñamo legalmente la tribu de la colina, conocida como los Hmong, para uso religioso. Las plantas que cultivan son cáñamo con un perfil bajo de THC y sus fibras se consideran sagradas. Estas se utilizan para producir prendas de vestir que se cree que permiten al,
Desde 2014, el gobierno tailandés ha concedido permisos especiales que autorizan el cultivo de cáñamo. Sin embargo, la semilla de cáñamo en sí sigue siendo ilegal, lo que ha causado problemas a nivel práctico que todavía tienen que resolverse. La policía y las autoridades sospechan que se cultivan plantas de cannabis con altos niveles de THC en secreto en los campos de cáñamo, a pesar de que esto echaría a perder cualquier intento de conseguir un buen Sinsemilla. Sin embargo, los tailandeses pueden ser muy prácticos, y pragmáticos, a la hora de buscar soluciones y el respaldo real en la investigación del cáñamo ha establecido una base sólida para que se produzcan verdaderos avances en el campo.
Mis conclusiones
En general, soy muy optimista, me alegra ver que todo esto ocurre e intento ser de ayuda para cualquier iniciativa local que incluya las fibras de cáñamo. Fui uno de los invitados a esta reunión en calidad de
El cáñamo podría volver a considerarse un cultivo importante en el futuro, como ya lo fue en el país en el pasado.
¡Doy mi aprobación al cáñamo tailandés!
Por Alan Dronkers