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El cannabis en la dieta cetogénica contra las crisis convulsivas

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Ante el avance del proyecto de ley que permitiría el autocultivo de la marihuana, experta en Nutrición de la U. del Pacífico explica los beneficios y posibilidades que la dieta cetogénica con uso de marihuana otorga en el tratamiento de las crisis convulsivas.


Aunque el uso farmacológico de la marihuana para el control de las convulsiones está aún en estudio, existen casos clínicos que respaldan su utilidad.


Así lo explica la docente de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad del Pacífico, Stefanie Chalmers. “Los casos a nivel mundial han descrito una evolución positiva. El beneficio clínico se adjudica al efecto estabilizador de las membranas neuronales, ejercido por uno de los componentes de la marihuana llamado Cannabidiol (CBD), el cual actúa de forma análoga a un antiepiléptico”, precisa Chalmers.


Por lo mismo, la especialista explica que el aceite de marihuana se utiliza en la dieta cetogénica con excelentes resultados en el control de convulsiones. “El uso adecuado de esta dieta tiene un comprobado impacto positivo, consiguiendo amplia disminución de las convulsiones y, en muchos casos, su eliminación total e incluso por toda la vida, aun cuando la dieta sea suspendida luego de algunos años de su aplicación”, destaca la nutricionista.


Pero, ¿en qué consiste la dieta cetogénica? La especialista explica que esta se basa en un suministro alimenticio controlado médicamente, que consiste en aportar los sustratos nutritivos en una distribución y proporción tal, que se simulen las condiciones metabólicas producidas durante el ayuno.


Así, el organismo reemplaza el uso de glucosa por el de los ácidos grasos, con la consecuente formación de cuerpos cetónicos para la obtención de energía. “La presencia de cuerpos cetónicos en la sangre se asocia a la disminución o evitación completa de las crisis convulsivas”, precisa Chalmers.

Dicho estado cetogénico se presenta naturalmente en situaciones de ayuno y frente a una baja o nula actividad de la insulina, por lo que el suministro de sustratos a través de la dieta es ajustado cuidadosamente a fin de imitar dicho estado, comenzando con un ayuno de 2 a 3 días, y continuando con una ingesta cuyo aporte calórico es ofrecido predominantemente por lípidos, con bajo y casi nulo aporte de proteínas y carbohidratos.


La ejecución de la dieta es compleja en sí, porque se busca imponer y mantener al organismo en un estado metabólico similar al ayuno, aun cuando se continúa dando alimento. “Lo difícil es ofrecer la mayoría de las calorías diarias a través de aceites y alimentos ricos en lípidos, con un bajo y casi nulo aporte de proteínas y carbohidratos”, comenta la nutricionista.


Pero, ¿por qué es favorable el uso de aceite de marihuana en esta dieta? Chalmers explica que el aceite de marihuana colabora en mejorar los resultados de esta dieta, que se basa en la ingesta casi exclusiva de alimentos grasos. “Aunque la marihuana ofrecida en preparaciones alimentarias de distintos tipos ha demostrado colaborar con el control de las convulsiones, al incorporarse terapéuticamente como parte de la dieta cetogénica debe ser en formato de aceite, ya que además sus componentes terapéuticos demandan la presencia de grasas para su absorción”, señala la experta.


Claramente la ejecución de la dieta cetogénica es compleja y sus mecanismos de acción no son del todo conocidos, por lo que se constituye como la última alternativa terapéutica utilizada frente a casos de epilepsia y solo indicándose cuando ésta es refractaria al tratamiento farmacológico; situación que en Chile se aproxima a los 90 mil casos y no posee cobertura Auge.


Sin embargo, considerando que dicha dieta tiene un nivel de efectividad elevado y bajos efectos adversos, la especialista plantea que “esta no solo debería considerarse como última estrategia de abordaje terapéutico después del fracaso farmacológico, sino que debería validarse y promoverse su aplicación temprana, así como la incorporación en ella de todo tipo de alimento que mejore o potencie aún más su beneficioso impacto”.



Si bien esta dieta no está exenta de efectos adversos, destaca que éstos suelen ser de menor severidad y de más fácil control que los asociados al uso crónico de anticonvulsivantes.


“La continuidad de las convulsiones genera daño constante al Sistema Nervioso Central, cuyas consecuencias orgánicas deletéreas son acumulativas, por lo que en situaciones de refractariedad al tratamiento farmacológico, no existiría por ahora un argumento fisiológico suficiente que limite el probar la respuesta a esta posibilidad terapéutica”, concluye la académica de Nutrición y Dietética de la Universidad del Pacífico.