Investigadores de la Universidad de Columbia evaluaron el uso de cannabinoides versus placebo en pacientes dependientes sometidos a opiáceos en hospitalización para desintoxicación y en tratamiento ambulatorio con naltrexona, un antagonista de los receptores opiáceos. Los investigadores informaron que la administración del THC oral (dronabinol) durante el proceso de desintoxicación redujo la gravedad de los síntomas de abstinencia de los sujetos en comparación con el placebo, pero que estos efectos no persistieron durante todo el curso del tratamiento. Por el contrario, los pacientes que consumieron cannabis natural durante la fase de tratamiento ambulatorio eran más fácilmente capaces de dormir, estaban menos ansiosos, y tenían más probabilidades de completar su tratamiento, en comparación con los sujetos que no lo consumieron de forma natural.
“Uno de los interesantes hallazgos del estudio fue el efecto beneficioso observado de fumar marihuana en la retención del tratamiento”, concluyeron los autores. “Los participantes que fumaban marihuana tenían menos dificultades con el sueño y la ansiedad y eran más propensos a permanecer con en tratamiento en comparación con los que no estaban usando la marihuana, independientemente de si estaban tomando dronabinol o un placebo.”
Las muertes por sobredosis implican que los opioides han aumentado dramáticamente en los últimos años. Aunque se reportaron menos de 4.100 muertes inducidas por opiáceos en el año 1999, para el año 2010 esta cifra se elevó a más de 16.600, según un análisis realizado por los Centros para el Control de Enfermedades.