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La ciudad suiza de Berna podría vender marihuana en las farmacias

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En los años 90, varias ciudades suizas lanzaron programas de distribución controlada de heroína a los toxicómanos graves, antes de que estos proyectos piloto se extendieran al resto del país. Aquella iniciativa pionera que fue noticia en el mundo entero ha dado resultados positivos, según numerosos expertos. Ahora varias ciudades suizas quieren repetir la experiencia con el cánnabis.


Se estima que entre 200 000 y 300 000 personas en Suiza consumen regularmente marihuana, pese a ser una sustancia prohibida. Zúrich, Basilea, Ginebra y Berna quieren actuar contra lo que consideran una “situación hipócrita”. Su intención es distribuir cánnabis de forma controlada.


En Berna, las farmacias podrían venderlo –de forma provisional– a un grupo de hasta 1 000 fumadores. El Gobierno municipal ha encargado a la Universidad de Berna una investigación en ese sentido con los siguientes requisitos: Las personas que participen en el proyecto deben haber cumplido los 18 años, residir en la ciudad de Berna y ser consumidores de marihuana.


No es casual que se haya pensado en las farmacias como punto de distribución. Y es que las farmacias gozan de confianza en la población, disponen de los conocimientos necesarios en materia de estupefacientes y cuentan con dispositivos de control y seguridad para llevar a cabo el proyecto.


El cánnabis se compraría a productores suizos que lo cultivan para fines científicos, o se importaría del extranjero. Aún falta por establecer el precio de venta.


Los responsables de la ciudad de Berna quieren coordinar el proyecto con otras ciudades que trabajan en iniciativas similares. Basilea planea la distribución experimental a adultos que consumen cánnabis con fines terapéuticos, por ejemplo, contra los dolores asociados a la esclerosis múltiple. Los proyectos piloto en Ginebra y Zúrich, además de personas enfermas, incluirían a jóvenes y adultos que lo consumen con fines recreativos.


La última palabra la tiene el Estado, responsable de emitir una autorización especial, ya que la ley de estupefacientes prohíbe el consumo de marihuana en Suiza. Los proyectos que quieren reglamentar la venta y el consumo de marihuana suscitan reticencia en los ambientes conservadores. Sobre todo, entre los políticos de la Unión Democrática de Centro (UDC, derecha conservadora) que pretenden oponerse a que se extiendan los permisos correspondientes.



 

FUENTE SWI