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La industria cannábica, las mujeres y los norteamericanos ¿Qué pasa con Europa?

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La industria de la marihuana necesita mujeres emprendedoras para crear y afianzar este nuevo sector. Ellas deben ser la punta de lanza que abra y asiente el camino hacia la legalización. Las mujeres, como está sucediendo en Estados Unidos, han encontrado en este campo un espacio donde poder emprender nuevos negocios y donde competir de tú a tú con los hombres.


En cualquier sector industrial o profesional, las mujeres deben competir con un género masculino que normalmente lleva muchos años establecido y donde su estatus es el dominante. Pero en esta nueva industria que se está creando, la de la marihuana o cannabis, se cuenta con un espacio donde prácticamente se empieza desde cero y donde las mujeres tienen mucho que decir.


Fijémonos en otro país que nos lleva la delantera en materia empresarial cannábica y donde el género femenino ya está copando las portadas de influyentes magazines o reportajes; sí, en los Estados Unidos. Allí las mujeres emprendedoras ya han creado sus propias asociaciones industriales o sectoriales del cannabis, ya han encontrado su nicho de mercado y están creando muchas empresas punteras donde su punto de vista o visión femenina se está establece con grandes éxitos y réditos.


La industria del cannabis no solo traerá riqueza para la sociedad en forma de impuestos o puestos de trabajo, sino que es un sector único por su anterior estatus, puede poner a la mujer en igualdad de condiciones para emprender nuevos negocios en un espacio donde prácticamente se comienza desde cero y en igualdad de condiciones con los hombres, género dominante en la mayoría de sectores industriales.


La novedosa industria del cannabis puede ser portadora de una nueva raza de mujeres emprendedoras que no ven el cannabis como una diabólica sustancia a desterrar, sino como una sustancia que les proporciona una oportunidad empresarial y laboral.



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Casi siempre que se hablaba de industria cannábica se piensa en la marihuana como una sustancia recreativa y muchas empresas o profesiones están enfocados al consumo lúdico, dejando el fin medicinal a un lado. Sin embargo, la gran industria de la marihuana medicinal ha forjado una potente cimentación.

Dentro de la industria de la marihuana existen dos variantes que, pese a ir unidas porque en el fondo se trata de consumo, no están dirigidas hacia el mismo tipo de personas consumidoras. De hecho, el consumidor de cannabis para deleite propio (o consumo recreativo) en la mayoría de los casos no tiene nada que ver que con la persona que aprovecha sus virtudes terapéuticas para recibir ayuda en la lucha contra alguna dolencia o enfermedad.


Estos dos tipos de consumo, diferenciados dentro de la industria, tienen a la marihuana como protagonista aunque enfocada hacia diferentes tipos de consumidores y, por lo tanto, de industria. Es ahí también donde existe la diversidad de enfoque y la diferenciación de los planteamientos de las distintas empresas.


Recordemos que el apartado médico del cannabis no ha sido muy explotado aún en la vieja Europa o Latinoamerica y es, en ese mismo campo medicinal, donde hemos visto crecer a gran velocidad a las empresas en los países norteamericanos como Estados Unidos y Canadá.


Hay que estar preparados para ese enfoque terapéutico del cannabis que aún no hemos visto implantarse en otros mercados latinoamericanos o europeos y que, a buen seguro, serán la nueva ola verde del cannabis. Las últimas investigaciones realizadas en los cuatro puntos cardinales del mundo están colocando a la marihuana y a sus componentes como unos grandes aliados de la salud humana y, por qué no decirlo, también animal.


Grandes investigaciones con cannabis están abriendo un abanico sin igual de posibilidades terapéuticas y, a su vez, propician la creación de industrias especializadas con trabajadores cualificados. La industria medicinal de la marihuana es un gran nicho, incubadora de novedosas empresas, y muchas mujeres emprendedoras tienen puesta la dirección en su GPS. La marihuana es una increíble oportunidad para tantas y tantas mujeres que en este sector que, como dije antes, pueden competir con el género profesional masculino de igual a igual.


Con la industria de la marihuana recreativa la visión es muy similar. Los consumidores de cannabis no son exclusivamente hombres, las mujeres también son grandes amantes de esta planta: empresarias del cannabis, cultivadoras, especialistas en redacción, abogadas, médicas, investigadoras, comerciantes, distribuidoras… y un sinfín de profesiones relacionadas con el cannabis. Las mujeres del siglo XXI son parte y pieza muy importante, por no decir imprescindible, de la realidad cannábica internacional.


La industria del cannabis es nueva y por eso países de todo mundo están haciendo hincapié en la posible riqueza industrial derivada de este sector. Una gran cantidad de emprendedores están surgiendo en todos esos países que levantan el pedal contra la ilegalidad, una gran cantidad de oportunidades están surgiendo donde antes no existía nada. Es ahí donde tanto mujeres como hombres pueden empezar desde el mismo punto de partida.



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La mujer empresaria en la industria del cannabis aporta aire fresco al sector siendo éste uno de sus grandes valores, que se deben apoyar y promocionar. La industria de la marihuana puede y debe ser una gran aliada de la mujer, permitiéndole encontrarse en igualdad de condiciones que sus semejantes masculinos.

Toda América del Norte quiere legalizar la marihuana, Europa alucina y observa


América del Norte está ganando la partida del cannabis al resto del mundo. Si hace poco mirábamos asombrados a los estadounidenses por la velocidad con la que tiraban los muros del prohibicionismo, ahora dos países también enclavados en el norte americano, México y Canadá, comienzan a seguir su camino. Uno de ellos hace un quiebro judicial y lo soluciona, y el otro saca a un nuevo jugador que aparece, arrasa y gana por goleada cambiando radicalmente la situación. Sí, a los europeos se nos ha quedado cara de idiotas viendo como la totalidad norteamericana aboga por un claro giro en la cuestión cannábica.


A los cada vez más estados americanos que abogan por la legalización de la marihuana medicinal o recreativa tendremos que sumar lo sucedido en los últimos días en México, donde su Suprema Corte Judicial ha dado la razón a los ciudadanos que pidieron amparo para su propio cultivo de cannabis o consumo y dejando al gobierno de turno fuera de juego.


Allí, en México, lo que ha dejado muy claro su máximo tribunal es que la constitución mexicana ampara a sus ciudadanos si estos deciden consumir marihuana o cultivarla para consumo personal o privado. Claro, este fallo del alto juzgado abre la puerta a una misma interpretación de los diferentes juzgados mexicanos, constituyendo una clara apertura hacia la aceptación por parte de la justicia de este consumo o cultivo personal. El actual gobierno de la República Mexicana estará a favor o en contra, pero está claro que la justicia es la encargada de juzgar estos hechos como delictivos y ha dado su veredicto en esta cuestión.



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En Canadá, su flamante Primer Ministro, Justin Trudeau, dejó muy claro durante su campaña hacia la presidencia que una de sus ideas más claras, que pondría en marcha si ganaba las elecciones, era legalizar en toda la nación la marihuana para uso recreativo y medicinal. Como ya sabe todo el mundo, el político liberal ganó con holgada ventaja las elecciones y, lejos de dejar este punto aparcado de momento, el nuevo presidente dio órdenes a sus ministros para que pusiesen en marcha la medida legalizadora. Con esta maniobra, los canadienses, sorpresivamente, adelantan a sus vecinos estadounidenses y se colocan en la parrilla de salida para ser el primer país norteamericano que legaliza y regula la marihuana en su totalidad.

A los europeos nos entra un escalofrió agridulce. Por un lado nos gusta ver cómo países liberales aceptan en sus políticas la legalización de la marihuana; nos gusta ver como la justicia, en este caso mexicana, da un golpe en la mesa con indiferencia hacia el gobierno y apoya los derechos constitucionales de los mexicanos; y, como no podía ser de otra forma, flipamos con los datos de las encuestas de opinión estadounidenses a favor de la legalización. En ese mismo país, con tantas estrellas y rayas en su bandera, los posibles candidatos a la presidencia por los distintos partidos se baten en duelo a ver quién es más procannabis por el lado demócrata (entre republicanos hay quien está a favor y quien está en contra).


Los europeos no debemos quedarnos al margen porque esta ola verde y legalizadora conlleva el despertar de una nueva industria, que puede traer riqueza en forma de puestos de trabajo y oportunidades de negocio. Hay un buen refrán ibérico que dice: “Cuando veas las barbas de tu vecino cortar pon las tuyas a remojar”. En este caso está muy claro, todo un continente acaba de dar un portazo a esta cuestión y ha dejado muy clara su postura. Además, se trata de un continente que tiene unos lazos con Europa de fundación y hermanamiento, son países que tienen los mismos valores y apellidos que los del viejo continente, pero llevan un nuevo rumbo.



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Fijémonos cómo en esa América del Norte está diferentemente tratada la regulación de la marihuana, cómo los distintos territorios abordan esta cuestión para que sus ciudadanos, a partir de ahora, no se queden indefensos ante la ley. Muchas y diferenciadas formas surgen de las diferentes iniciativas pero, sobre todo, siempre van encaminadas a la regulación del cannabis desde distintos puntos de vista y es ahí donde los europeos debemos sentir envidia sana. Ellos tienen muy claro que así no se puede continuar y que se debe cambiar ese estatus de ilegalidad.

Las mujeres, la industria, el valor terapéutico del cannabis y América de Norte son razones, todas ellas muy convincentes, para que los gobiernos europeos se planteen la cuestión desde un punto de vista del siglo XXI y no del siglo anterior, el de las grandes guerras.  Por Mac



FUENTE Redacción