Durante miles de años, el cannabis ha sido una parte integral de la industria y de la medicina china—se ha registrado el uso del cannabis durante más tiempo que en cualquier otra cultura. Actualmente, es ilegal en forma de estupefaciente, aunque la industria del cáñamo es legal y crece rápidamente. Las empresas chinas también han demostrado una sorprendente rapidez a la hora de obtener patentes para el cannabis en los últimos años.
El cannabis se cultiva en China desde hace, al menos, 6.000 años. Las comunidades agrícolas del Neolítico inicial lo sembraban, junto con el mijo, el sorgo, las judias y el arroz, como uno de sus principales cultivos, y utilizaban las semillas y las fibras para fabricar productos alimenticios, papel, aceite, textiles, cuerdas y medicinas.
A largo de los siglos, diferentes farmacopeas chinas respetadas han incluido largos tratados sobre los muchos beneficios de las semillas, hojas y flores del cannabis y del cáñamo. Según la leyenda, el emperador Shen Nung (2700 a.E.C.) descubrió los usos medicinales del cannabis y de muchas otras plantas; en torno al 500 E.C., esta antigua tradición popular fue recopilada y utilizada como la base para la Pen T’sao Ching, una de las primeras farmacopeas chinas enormente influyente.
Desde la creación de la República Popular de China en 1949, el gobierno ha estado investigando de manera activa el cultivo y el uso de cannabis existentes en China. Durante décadas, se han realizado cientos de estudios sobre las propiedades de las diferentes variedades de semillas y de fibra, y sobre su potencial en la industria y en la producción de alimentos. Sin embargo, desde la década de 1990 el gobierno también ha participado activamente en la erradicación de plantaciones de cannabis en muchas zonas de la China rural.
Según informan los viajeros, cada vez se ven menos plantas creciendo y resulta más difícil conseguir cannabis desde que el gobierno comenzó a tomar medidas enérgicas en la década de 1990. A pesar de ello, el cannabis se sigue cultivando y utilizando de la manera tradicional en gran parte de la China rural. Las semillas se tuestan o se comen crudas como aperitivo, sobre todo en la provincia de Yunnan, un centro tradicional del cultivo; las fibras se siguen procesando en textiles, cuerda y papel.
Una mujer de la etnia Maio enrollando fibras de cáñamo en el pueblo de Baxia, al sureste de la provincia de Guizhou (Minneapolis Institute of the Arts)
El cannabis se conoce como ma o da ma(“gran” cáñamo) en China, mientras que las flores femeninas se conocen como mafen (rama de cáñamo aromática) y las semillas como ma zi o huo ma ren.
El uso médico del cannabis no está establecido en la medicina china tradicional, aunque existen varias preparaciones a base de hierbas disponibles que utilizan la semillas limpiadas—sobre todo en remedios para el dolor de estómago y para la indigestión. La medicina tradicional utiliza en mucha mayor medida el cannabis y los remedios a base de hierbas en general; de hecho, el cannabis se considera como una de las cincuenta hierbas fundamentales en la fitoterapia china.
El cannabis crece silvestre en las estribaciones del Monte Tai en la provincia de Shandong, al noreste de China (Televiseus)
El cannabis crece silvestre en muchas partes de China, y aunque las plantas que se encuentran en las latitudes del norte tienen generalmente un bajo contenido en cannabinoides y resultan desagradables de fumar, las encontradas en las regiones del sur puede ser de mayor interés para los usuarios con fines recreativos. En estas zonas, el cultivo se destina principalmente para el consumo personal, aunque se suele persuadir a los agricultores para que se desprendan de parte de su cosecha si se les aborda correctamente.
La ciudad de Dali en la provincia suroccidental de Yunnan es conocida por ser un centro del cultivo de cannabis. La provincia de Yunnan, en su conjunto, es conocida por la gran cantidad de cannabis silvestre que puede encontrarse creciendo por los caminos, junto a las casas y en los jardines. Aunque existen otras áreas donde el cultivo de cannabis está muy extendido, la ciudad de Dali es particularmente famosa en toda China por tener una cultura de uso del cannabis.
El cultivo recreativo del cannabis en China no se ha generalizado, debido a la falta de disponibilidad de variedades de alta calidad, y a la severidad de las leyes. Sin embargo, se cultivan variedades de la sustancia de mayor potencia en Yunnan y Xinjiang, y suelen verderse en forma de cigarrillos liados.
El hachís se introduce de contrabando desde Afganistán y Pakistán a las grandes ciudades como Beijing y Shanghai, y también se encuentra con relativa frecuencia hierba importada de África, Camboya, Tailandia y Vietnam. El cannabis de alta calidad también puede obtenerse de las comunidades birmanas (Myanmar) que viven cerca de la frontera en la provincia sureña de Yunnan.
El cannabis sigue siendo la “droga de la calle” más común en China, aunque las autoridades están demonizando cada vez más su uso. De acuerdo con los hechos observados, el consumo de cannabis sólo se ha convertido en un problema en las últimas dos o tres décadas, mientras que antes generalmente era ignorado por los agentes del orden que, o bien no sabían lo que era o estaba encantados de fumarlo ellos mismos.
Actualmente, las autoridades locales chinas están recopilando activamente información sobre los fumadores de cannabis y sobre las redes a pequeña escala que han comenzado a formarse. En consonancia con
China ha adquirido una mayor importancia como punto de acceso del tráfico mundial en los últimos treinta años más o menos, después de la apertura de las fronteras al comercio exterior y al turismo en la década de 1980. Sin embargo, las drogas como el opio, el MDMA, la metanfetamina y la cocaína son mucho más populares entre el grupo demográfico de los jóvenes urbanos que constituye el grueso de la demanda; el cannabis se considera una actividad anticuada y asociada con lo rural que tiene poco atractivo social.
Un campo de cáñamo en Mongolia Interior, región destinada al desarrollo de su industria del cáñamo para el 2020 (Greg Jordan)
Como la demanda de cannabis es baja, las redes de suministro funcionan de manera proporcional a pequeña escala: los cultivadores suelen cultivar para el consumo personal o para el suministro de un pequeño círculo de clientes locales, y los distribuidores de las zonas urbanas también trabajan a pequeña escala y, o bien venden a pequeños círculos de expatriados o de fumadores locales, o bien satisfacen las necesidades de los turistas que visitan las calles más disolutas. Los “distribuidores callejeros” suelen tener disponibles productos de baja calidad; para encontrar calidades superiores, suele producir mejores resultados preguntar a los amigos o conocidos por un buen contacto.
Hay numerosos distribuidores extranjeros en las zonas urbanas, con frecuencia ciudadanos de África, de los países árabes o del sudeste asiático. Los africanos, en particular, están relacionados tanto con el tráfico de la calle como con la exportación de cannabis y hachís en China; en los últimos años, ha habido varias operaciones de “limpieza”, junto con uno o dos arrestos relevantes.
En China, es posible recibir la pena de muerte por estar en posesión de tan sólo cinco kilogramos o más de cannabis. Se cree que las autoridades chinas ejecutan a cientos de personas cada año—más que el resto del mundo en conjunto. Se dictan miles de condenas privativas de libertad de larga duración—de cinco años de prisión a cadena perpetua.
Aunque es relativamente baja en comparación con otras drogas, existe una demanda de cannabis; sumado al alto precio que puede alcanzar en las grandes ciudades, todo esto incentiva a algunos a intentar tráficar con cannabis en el país. En 2010, un hombre nigeriano fue detenido en el aeropuerto de Beijing con alrededor de 87 kg de cannabis en su poder—la redada más grande ese año.
En 2009, otro nigeriano fue condenado a muerte, supuestamente por suministrar a los distribuidores locales de Guangdong sólamente 6 kg de cannabis. Se cree que este hombre, Osonwa Okey Noberts, se encuentra actualmente en prisión preventiva a la espera de ser ejecutado. En 2009, la policía incautó y destruyó seis toneladas de heroína, opio y cáñamo en los tramos más occidentales de la provincia de Xinjiang, que se habían pasado de contrabando a través de la frontera con Afganistán y Pakistán.
Los turistas de las zonas rurales suelen tener la oportunidad de encontrar cannabis a la venta, y preguntar por ahí en las pensiones y cafés suele dar resultado con el tiempo, siempre y cuando las pesquisas se realicen con discreción. La calidad es generalmente baja y los precios suelen reflejarlo (10 RMB /1,22 € por un puñado de hasta treinta gramos, dependiendo de las circunstancias). Los viajeros extranjeros deben tener cuidado de que no les cobren de más; sin embargo, en lugares donde hay pocas opciones para los compradores, no se pueden evitar los precios elevados.
En las zonas urbanas, donde la policía está más presente, es aconsejable actuar con cautela, ya que el uso flagrante de cannabis puede llamar la atención, y se castiga con penas de prisión e incluso con la deportación. Sin embargo, el consumo de cannabis en público sólo se ha vuelto inaceptable en los últimos años, ya que las autoridades luchan por controlar las áreas urbanas que están cambiando rápidamente a medida que el comercio exterior y el turismo aumentan; todavía hay muchas zonas urbanas de China, donde se fuma abiertamente sin llamar la atención de forma negativa.
Al parecer es posible comprar cannabis o hachís con relativa facilidad en grandes ciudades como Shanghai, ya sea a través de los fumadores expatriados o a través de “los que ofrecen algo más que un masaje” en la calle y de otras atracciones turísticas. Los precios en las zonas urbanas suelen ser mucho más altos (10-100 RMB /1,22-12,20 € por gramo), pero la calidad suele ser proporcionalmente mayor, por lo
El centro de la industria del cáñamo legal es, sin duda, China. El mayor productor de cáñamo del mundo con mucha diferencia, exporta cáñamo en bruto y productos de cáñamo procesados a todo el mundo, en especial a Europa y a América del Norte. La mayor parte del cultivo de cáñamo se produce en Shandong y Yunnan.
La provincia de Yunnan en el suroeste de China es conocida por su abundante cannabis silvestre y por el uso cultural del cannabis (Vitafluida)
Actualmente, se ha puesto en marcha una campaña para aumentar la cantidad de tierra dedicada a su cultivo, lo que como consecuencia reducirá la dependencia de algodón y traerá el trabajo tan necesario para la mano de obra rural subempleada. Los funcionarios del Partido Comunista han declarado que la medida podría sacar a hasta tres millones de productores rurales de la pobreza, y doblar los ingresos anuales de alrededor de 2.000 RMB (242,72 €) a más de 4.000 yuanes (485,44 €).
Este zapato de cáñamo que data de alrededor del año 100 E.C. es uno de miles de objetos de cáñamo de la antigua China que se han descubierto en los tiempos modernos (British Museum)
En 2009, se construyó una nueva planta de procesamiento de fibra de cáñamo en la prefectura autónoma de Dai en el sur de Yunnan. La fábrica, propiedad de China Hemp Industrial Holding Investment Co Ltd., tiene una capacidad anual de 2.000 toneladas. El gobierno chino ha declarado que en 2020, se construirán más bases de cultivo en las provincias de Xinjiang, de Mongolia Interior, de Heilongjiang, Gansu y Anhui.
Es de dominio público que las empresas chinas poseen 309 de las 606 patentes mundiales registradas actualmente en la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI). Sumado esto a la campaña en marcha para modernizar y expandir la industria del cáñamo, parece que la larga relación de China con el cannabis no ha llegado ni mucho menos a su fin.
Es importante que se documente tanto la historia como los acontecimientos recientes en todos los países en los que se está produciendo la guerra contra las drogas—por esta razón, son fundamentales las organizaciones como Hash Marihuana & Hemp Museum en Ámsterdam, ya que intentan reunir todos los datos posibles a través de distintas fuentes fidedignas con el fin de proporcionar la información más precisa, actualizada y objetiva sobre la situación actual a nivel mundial.
Por Seshata
Fuente SensiSeeds
